jueves, 30 de diciembre de 2010

Si Oyes Hoy Su Voz

Hoy en una de mis lecturas Bíblicas me tocó leer el capitulo 65 de Isaías. Que bárbaro, no cabe duda que la forma en la que el pueblo de Israel trató a Dios en aquellos tiempos es muy similar a como el hombre lo esta tratando en los nuestros. Le doy gracias Dios que por Su Espíritu inspiró a Pablo a escribir que muchas de las cosas que se escribieron acerca de los Israelitas fueron “escritas para amonestarnos a nosotros,  a quienes han alcanzado los fines de los siglos.”  (1Corintios 10:11) 

Les exhorto a que se den el tiempo de leer este capitulo hoy y vean el contraste tan grande que hay entre lo que sucederá a los que se rebelan contra Dios y los que le han recibido. Si ya le recibieron, gócense en ese glorioso futuro que tenemos en y con El. Si no lo han hecho mediten en lo que leen y piensen que “He aquí ahora el tiempo aceptable;  he aquí ahora el día de salvación.” (2Corintios 6:2) y si oyes hoy su voz no endurezcas tu corazón (Hebreos 3:15) ven a Él.  

Dios les dijo a los hijos de Israel en el desierto,

“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros,  que os he puesto delante la vida y la muerte,  la bendición y la maldición;  escoge,  pues,  la vida,”… (Deuteronomio 30:19)  Y tu, ¿Qué escoges el día de hoy? 

Dios los bendiga.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Recibiendo el Don de la Gracia

        "Recibir el don de la gracia involucra recibir también un nuevo corazón. Nuevos deseos. Nuevos anhelos. Por primera vez, queremos a Dios. Vemos nuestra necesidad de El, y le amamos a El. Lo buscamos, y lo encontramos, y descubrimos que de hecho, El es el gran galardón de nuestra salvación. Nos damos cuenta de que fuimos salvados no solamente para que nuestros pecados fueran perdonados o para estar seguros de una eternidad en el cielo, sino que hemos sido salvados para que podamos conocer a Dios. Para añorarlo, Lo deseamos tanto que estamos dispuestos a abandonar todo con tal de vivir la experiencia de tenerlo a El en nuestra vida. Esta es la única respuesta apropiada a la revelación de Dios en el evangelio."

       " Esta es la razón por la que hombres y mujeres alrededor del mundo arriesgan sus vidas por conocer más acerca de El. Por eso debemos evitar las caricaturas baratas del Cristianismo que no exaltan la revelación de Dios en Su Palabra. Por eso es que usted y yo no nos podemos conformar con nada menos que un evangelio que este centrado en Dios, que exalte a Cristo, y que nos lleve a negarnos a nosotros mismos. "

Pasaje del libro "Radical" de David Platt. 

lunes, 20 de diciembre de 2010

Mensaje de Navidad 2010

ÉL Hijo de Dios Nació

Por Carlos Alvarado

Este es  el tiempo más maravilloso del año. Hay luces adornando los negocios y las casas. Arbolitos de navidad son comprados, decorados y debajo de ellos son puestos regalos muy bien envueltos y adornados para aquellos que son nuestros seres mas queridos. Hay un ambiente de fiesta. Se siente un ambiente de paz,  amor y unidad.

Los niños y los que son niños de corazón tienen la expectativa de recibir ese juguete o juguetes especiales que le han pedido a Santa o a Papá según sea el caso en tu casa. Si eres padre de familia o abuelito, ya estas anticipando el ver la expresión en el rostro de tu hijo o nieto cuando descuidadamente y sin mucha reverencia rompa la envoltura del regalo que acaba de recibir para descubrir que ha recibido exactamente lo que quería y hasta en el color que lo quería.

Nos encanta este tiempo del año. Y aun cuando todo esto que he mencionado no tiene nada de malo y nos trae mucha felicidad, nunca debemos olvidarnos de la verdadera razón por la que en todo el mundo, se celebra esto que llamamos Navidad.  

Por que la verdadera razón para esta celebración es que hubo un día en la historia en el que la promesa de Dios se cumplió y el hijo de Dios Nació a este mundo.

740 años antes de que sucediera el profeta Isaías escribió en Isaías 7:14 14 “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” Mateo nos dice que este nombre traducido es “Dios con nosotros.”

El mismo Isaías en el capitulo 9 y el versículo 6 no dice 6 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” Esta es la verdadera razón por la que se celebra la navidad. Por que este niño nos nació y este hijo nos fue dado.

El evangelista Lucas describe esa primera navidad en Lucas 2:1-20 de la siguiente manera:

1 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. 2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. 3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. 4 Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; 5 para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. 6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. 8 Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9 Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. 13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: 14 ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! 15 Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. 16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. 18 Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19 Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.

Todos los que somos cristianos sabemos que la verdadera razón por la que se celebran estas fiestas navideñas es por que Él, Jesús, nació.

Y aunque el mundo intente por todos los medios de cambiar el concepto de lo que en realidad es la Navidad, y quiera convertirla en algo completamente secular y vacía de todo significado espiritual, nosotros sabemos que mientras haya gente en este mundo, que sepa que por que Él nació y ellos lo han recibido como su Señor y Salvador, sus pecados les han sido perdonados, y ellos por esta razón son salvos de ser condenados por ese pecado, la Navidad siempre va a tratarse completamente de Jesucristo y de la obra que Él vino a llevar acabo aquí en la tierra; Y el mundo puede llamarlo lo que quiera pero nosotros sabemos que es la celebración del nacimiento del unigénito Hijo de Dios. Que vino a este mundo a buscar y salvar lo que se había perdido.

Quizás no fue en una noche fría de Diciembre, pero Él Nació. Quizás no haya sido exactamente en la forma en la que se nos presenta en las tarjetas de Navidad que recibimos, (en un ambiente muy limpio y sanitario, el burrito y la vaca portándose muy bien mirando hacia el pesebre en donde se encontraba el niño Jesús acostado) pero, Él nació.

Nació para restaurar la relación que había sido rota por el pecado cuando la humanidad, que es la creación mas preciada de Dios se rebeló contra El y lo desobedeció. 

Dios que es omnisciente, sabiendo que esto iba a pasar ya había determinado, que la única manera en la que se podría restaurar esta relación rota por el pecado, era que Dios mismo en la Persona de Su Hijo viniera a la tierra en forma de hombre para pagar por los pecados de la humanidad.

Que manera de mostrar Su amor por la humanidad, ¿no creen? Lo que tenemos aquí es al ofendido, Dios, ofreciendo perdón, reconciliación y paz al ofensor, por medio de Su Hijo Unigénito. ¿Te das cuenta del don o regalo tan grande que Dios no ha dado en Su Hijo Jesús?

Pablo les escribe a los cristianos Romanos en Romanos 5:1-2 1 Justificados,  pues,  por la fe,  tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes,  y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

En Romanos 6:23 Pablo escribe: 23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva (el regalo) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.


De nuevo en Romanos 8:32 Pablo escribe 32 “El que no escatimó ni a su propio Hijo,  sino que lo entregó por todos nosotros,  ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Esta es la razón por la que los ángeles en aquella noche podían decir a los pastores: “No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Hoy Dios aun esta mostrando Su buena voluntad para con los hombres y mujeres del mundo, Hoy Dios aun esta ofreciendo paz para el ser humano en Cristo Jesús, Dios todavía esta ofreciendo al hombre por la fe, esta gracia en la cual puede estar firme,  y por la cual puede gloriarse en la esperanza de la gloria de Dios.
Hoy entonces, les traigo nuevas de gran gozo, hace aproximadamente 2010 años nació en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.

Los que hemos creído en El podemos regocijarnos en la seguridad de nuestra salvación en El. Los que no han creído en El hoy pueden ser como los pastores que en aquella noche recibieron las nuevas por primera vez y se apresuraron a ir a Jesús.

También tu puedes apresurarte a ir a Jesús; ya no un bebe en un pesebre sino El Señor resucitado sentado a la diestra de Dios, y reconocerlo como Señor y Salvador. Quizás tu todavía seas un pecador que va rumbo al infierno, hoy puedes convertirte en un pecador perdonado que va rumbo a la gloria por aceptar ese regalo que Dios nos dio durante aquella primera navidad. Y puedes ser como los pastores en aquel entonces, que se fueron después de haber ido a ver a Jesús, Glorificando y Alabando a Dios. 

Si quiere ponerse en contacto con alguien que le puede hablar mas de Dios y este maravilloso don que es la salvación en Cristo Jesús, envíeme un correo electrónico a calvarado@calvarysd.com 
Que Dios los bendiga y 
¡FELIZ NAVIDAD!

miércoles, 8 de diciembre de 2010

La Vida Cristiana Victoriosa Capitulo Cuatro

por Alan Redpath

El Camino Real a la Bendición

Josué 1:11


 Josué se levantó de mañana, y él y todos los hijos de Israel partieron de Sitim y vinieron hasta el Jordán, y reposaron allí antes de pasarlo.
 Y después de tres días, los oficiales recorrieron el campamento, y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella,
 a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino. Pero entre vosotros y ella haya distancia como de dos mil codos; no os acercaréis a ella.
 Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros.
 Y habló Josué a los sacerdotes, diciendo: Tomad el arca del pacto, y pasad delante del pueblo. Y ellos tomaron el arca del pacto y fueron delante del pueblo.
 Entonces Jehová dijo a Josué: Desde este día comenzaré a engrandecerte delante de los ojos de todo Israel, para que entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo.
 Tú, pues, mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: Cuando hayáis entrado hasta el borde del agua del Jordán, pararéis en el Jordán.
 Y Josué dijo a los hijos de Israel: Acercaos, y escuchad las palabras de Jehová vuestro Dios.
Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo.
He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra pasará delante de vosotros en medio del Jordán.
Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno de cada tribu.
Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón.
Y aconteció cuando partió el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes delante del pueblo llevando el arca del pacto, cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega),  las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al Mar Salado, se acabaron, y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jericó.
Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco.

 —Josué 3:1–17
Al seguir nuestro camino a través de este maravilloso libro del Antiguo Testamento, Josué, llegamos al gran evento en la historia de los hijos de Israel cuando cruzaron del desierto a la tierra de Canaan. El cruce del Jordan no ilustra el cruce del alma a la eternidad, sino que ilustra el cruce del cristiano de un nivel de la Vida Cristiana a otro. Marca el fin de la vida del yo y el comienzo de la vida en Cristo: el fin de la vida que se vive sobre el principio del esfuerzo, y el comienzo de la vida que se vive sobre los principios de la fe y la obediencia. Entre estos dos tipos de vida se encuentra el poderoso río Jordan—un río de imposibilidad.
  
¿Esta usted intensamente insatisfecho con la calidad de vida Cristiana que esta viviendo? ¿Han abierto estos capítulos otra posibilidad de vivir una vida en un plano más alto? pero se ha sentido tentado a cerrar este libro al decir instintivamente, “Esto no es para mi. Ese hombre no conoce mi vida. No conoce las imposibilidades con las que tengo que lidiar.”

No, mi amigo, yo no conozco sus problemas, pero conozco a mi Señor, con quien nada es imposible. Por lo tanto, si alguno de ustedes está siendo enfrentado por montañas de imposibilidad, y se dice a si mismo muy melancólicamente que la vida nunca podrá ser diferente para usted, yo creo que el Señor tiene algo que decirle a través e Su Palabra que bien pudiera marcar el final de su derrota por parte de lo imposible, y el comienzo de una vida de victoria que vence al mundo, que es su fe en Dios.

Por lo tanto, déjeme preguntarle muy cuidadosa y atentamente que me siga al pensar juntos en este gran ejército de dos y medio millones de personas que pasan por el río Jordan. Porque, “He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra pasará delante de vosotros en medio del Jordan.” (Josué 3:11).

El versículo 10 dice, “Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y El echará de delante de vosotros al enemigo.” Podemos ver que lo que los israelitas iban a tener delante de ellos era conflicto, pero también victoria. La tierra de Canaan estaba habitada por siete pueblos—todos ellos mencionados en este versículo. Dios mandó que todos y cada uno de ellos fuera exterminado.

Debo detenerme aquí por un momento, por que quizás algunos de ustedes cuestionen el carácter de un Dios que pudiera exterminar vidas humanas, y quizás pudieran ser tentados a decir, “Yo nunca podría creer en un Dios que diera un mandamiento como ese.” ¿No podría? Cuatro generaciones antes, Dios prometió a Abraham y a su cimiente esta tierra como heredad. El dijo (Gen. 15:16), que en la cuarta generación Su pueblo volvería a la tierra, por que la iniquidad del Amorreo en la tierra aun no estaba cumplida.

Ahora, cuatro generaciones mas tarde, el pueblo de Dios estaba en los límites de la tierra. La iniquidad de los habitantes había llegado a su cumplimiento: eran culpables de haber practicado flagrante inmoralidad, y de traficar con espíritus malignos. En Deuteronomio 18:10, usted recuerda, que Dios le advirtió a Su pueblo que no podría haber transigencia con ningún alma que traficara con la maldad espiritual; los que lo hicieran tendrían que ser eliminados. Ahora la promesa de Dios de que El, los echaría de delante de Su pueblo se está cumpliendo. Lo que Israel estaba enfrentando era un conflicto no solo con hombres y mujeres, por favor note esto, sino con la maldad espiritual que controlaba a los habitantes de la tierra de Canaán.

Claro que esto es una analogía perfecta de las luchas espirituales que tiene todo hijo de Dios. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades,…contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:12). El conflicto que acosaba a los hijos de Israel es del mismo carácter exactamente que la batalla en la cual nos encontramos usted y yo día tras día en nuestras vidas. ¿Se da cuanta usted, de que su personalidad es el campo sobre el cual ruge la batalla entre el cielo y el infierno? De un lado satanás y del otro Dios en Jesucristo están luchando por poseer su vida, el uno para hacer daño el otro para salvar. “Nuestra lucha no es con carne y sangre”—esta era la naturaleza del conflicto que tenían enfrente los hijos de Israel en Canaán, y lo que enfrentamos nosotros hoy.

Pero yo lo invitaría a ver que no solo enfrentaron conflictos sino que también tuvieron Victoria. Dios tenía un propósito para esa tierra. ¿Cuál era el propósito? Este—un pequeño bebe en un pesebre en Belén, Cristo el Hijo de Dios sobre una cruz en el Calvario, ciento veinte personas en un aposento alto y el Espíritu Santo cayendo sobre ellos. Belén, El Calvario, Pentecostés: la encarnación del Hijo de Dios, el juicio del pecado de la humanidad puesto sobre El, la vida del Hijo de Dios siendo encarnada en el creyente; todo esto era el plan maestro de Dios para la salvación de una raza caída. Y nada, dije nada, ni en la tierra ni en el infierno se iba a interponer ante el plan de Dios. La iniquidad de estos pueblos se había cumplido. Ahora Dios comienza a poner Su plan en acción.

Dios tiene hoy un plan para su vida. ¿Cuál es? Belén, El Calvario, Pentecostés: La venida de el Jesús humanado por el Espíritu Santo a su personalidad, el llevar el juicio de sus pecados en la cruz y su muerte juntamente con Cristo a todo el pecado, el poder de la tercera persona de la Trinidad llegando a una vida que ha consentido en morir con Cristo. El propósito de Dios para todo hombre y mujer es Belén, Calvario, Pentecostés, y todo lo que se pueda interponer en el camino del cumplimiento del plan de Dios debe ser eliminado.

Pero entre ese propósito y su realización fluye el Jordán, y parece tan imposible cruzarlo. En su mente, al yo exponer delante de usted el propósito de Dios para su experiencia cristiana, usted esta diciendo, “¿Pero y que con la imposibilidad?” Me pregunto ¿cual sea? ¿Será la tiranía del hábito? ¿Podrá ser la posibilidad de que, a pesar de sus creencias, usted es dominado por su pasión? ¿Será que usted nunca ha probado lo que es la liberación del pecado? ¿Enseña usted a otros pero usted no ha sido enseñado nunca acerca de Dios? ¿Les habla a los demás acerca del Señor Jesús, pero usted mismo no ha conocido Su poder venciendo en su vida? Quizás con usted no sea alguna de estas razones mayores (aunque Dios sabe que podría ser), pero es lo que llamamos las cosas pequeñas—las cosas secretas, las cosas escondidas—que para nosotros no parecen importar, pero que a los ojos del cielo son ¿igualmente horrendas? Con uno es un espíritu falto de amor; con otro es el juzgar duramente a los demás. Con otros puede ser la ultra sensibilidad, sentirse fácilmente heridos, o dado a buscar defender sus derechos si sus deseos no son cumplidos, la gran necesidad de vindicarse a si mismos en cualquier situación. O quizás sean celos por el éxito de los demás. Son estas cosas que se encuentran en lo más profundo de las vidas de los cristianos, que opacan la bendición y funcionan como barreras al avivamiento. Que Dios nos ayude a ver que estas son cosas que existen en la iglesia cristiana en nuestros días y menguan nuestro testimonio, y fluyen como el Jordan inundado entre nosotros y la tierra. Lo que tenemos que enfrentar son los conflictos y la victoria, pero la experiencia hasta aquí ha sido conflicto y derrota.

Si usted se da el tiempo para leer este tercer capitulo, usted descubrirá que el enfoque central era el arca del pacto, el símbolo de la presencia de Dios. “He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra pasará delante de vosotros en medio del Jordán.” (Josué 3:11). No menos de diez veces en este capitulo encontramos una referencia directa al arca.

Usted observará que, ante todo, mientras el pueblo cruzaba el Jordan, el arca tenía que ir enfrente de ellos. Cada una de esas dos y medio millones de personas tenía que tener una vista clara  y personal de lo que sucedía con el arca. Muy temprano por la mañana los doce sacerdotes pusieron el arca sobre sus hombros y marcharon hacia el río; me puedo imaginar lo que estaba sintiendo este gigantesco ejército al ver la escena que tenía delante de si. ¿No habría sido mejor esperar hasta que la aguas del río hubieran bajado y la temporada de inundaciones hubiera pasado? ¿No hubiera sido mejor esperar y pasar cuando el agua estuviera lo suficientemente baja como para poder cruzar caminando?

Delante del pueblo, los doce sacerdotes se acercaron al río, pero las aguas seguían fluyendo en frente de ellos. Llegaron a un metro de distancia, y el río permanecía sin cambios. Pero al sus pies tocar la orilla de las aguas, el agua comenzó a hacerse para atrás como si hubiera sido movida por una mano fuerte, y los sacerdotes entraron al cauce del río sobre suelo seco. Paso a paso el agua se dividió delante de ellos, y como lo dice el libro, “estuvieron en seco, firmes…hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán.”

De la misma manera, tampoco podremos pasar a la vida en Cristo de la vida en nosotros mismos al menos que cada uno de nosotros tengamos una vista clara y personal del Señor Jesús. El arca iba enfrente, y siendo que hasta entonces el ejército entero se había encontrado perplejo y desesperado por que veían lo imposible del río, ahora sus pensamientos estaban enfocados en el hecho de que el Señor estaba con ellos, simbolizado por el arca del pacto. Al ver ellos el arca entrar en el río, las aguas se dividieron, y el cauce del río se secó, y la imposibilidad fue vencida.

¿Que nos enseña esto? Que Jesús el Salvador un día fue al huerto del Getsemaní, en donde el agua fluía delante de El. Luego fue a una cruz sobre el monte del Calvario, en donde parecía que las aguas lo habían cubierto. El murió, lo pusieron dentro de una tumba, afuera de la cual había una puerta sellada con un enorme piedra. Pero eso no era todo: “Cristo la tumba venció y con gran poder resucito.” Este Señor Jesús, escribe Pablo, “venció principados y potestades y poderes y los expuso triunfando sobre ellos” en Su resurrección (Col. 2:15).

¿Comienza usted a ver hacia el otro lado? Nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados y potestades. Un día El, nuestro sumo sacerdote, después del huerto, y la cruz, y de la tumba, se levantó triunfante y derrotó al enemigo. El repeló todo ataque de satanás, y se levantó, nuestro Rey conquistador y victorioso. ¡Aleluya! Y a todo el que pase por las aguas el ha dicho, “Yo estaré contigo, y el río no te anegará.” Las aguas, la oposición de principados y potestades al hijo de Dios, nunca podrán pasar lo que nuestro triunfante Señor a conquistado.

El paso por el Jordan significa enfrentar la imposibilidad, después de la muerte, resurrección y ascensión de Jesús al lugar de todo poder. Tenga una vista clara de Aquel que puede lidiar con la imposibilidad de su vida antes de llegar a ella. Por que en el nombre del Señor Jesús yo declaro esta verdad, que, tan sutil o tan fuerte como este pueda ser, no hay ataque de satanás sobre el hijo de Dios sino el que primero se ha hecho contra el corazón del Señor. El lo venció en la Cruz, y el nos invita, a sus hijos, a que tengamos una vista clara de El, para enfrentar de nuevo la imposibilidad que hemos enfrentado tan a menudo, y que luego miremos Su rostro y digamos, “Ahora Señor Jesús, yo creo que aunque yo no puedo, Tu si puedes.” En ese momento el rugido del Jordan quedara en silencio, su violencia se detendrá, y pasaremos sobre tierra seca.

El camino para el hijo de Dios, del desierto a Canaán es a través de enfrentar la imposibilidad y de levantar la vista hacia un Cristo Resucitado y asirse de El. “Todo eso está muy bien,” me dirá alguien, “¿pero todo esto no es solo teoría?” “¿Cómo es que el poder de todo esto llega a mi corazón?”

Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco.” (Josué 3:17).

El poder que necesitamos esta en Jesucristo y por consiguiente: El detiene el fuego del pecado y la tentación; El detiene lo imposible. Los hijos de Israel se acercaron y vieron la tierra deseable en la distancia, pero se dieron cuenta de que entre ellos y la tierra estaba este río inundado. Ellos vieron la bendición, pero entre ellos y esa bendición había una imposibilidad. ¿Esto lo describe a usted hoy? Usted puede ver la posibilidad de la bendición, usted ve la vida a un nuevo nivel, usted reconoce que su vida ha sido derrotada y esta muy lejos de cumplir con las intenciones de Dios, pero entre la bendición y usted está el Jordan. Usted por fe debe enfrentar la imposibilidad.

El pueblo puso sus pies a la orilla del río y este se secó delante de ellos por la presencia del arca del pacto. Se les había dicho que vieran el arca mientras pasaban, y, con sus ojos vueltos de la tierra de bendición ellos solo vieron el arca del pacto. Por lo tanto mientras cruzaron el río, el arca se encontraba entre ellos y la imposibilidad.

Allí queda expuesta toda la diferencia entre la vida de derrota en el desierto y la vida de Victoria en la tierra; entre algunos de nosotros y la bendición deseada fluye el río de la imposibilidad. ¿Se encuentran la vergüenza, la naturaleza humana, el temperamento, o la soberbia entre la tierra de bendición y la vida del Cristiano como el Jordan inundado? Deje que el hijo de Dios fije sus ojos en el Señor Jesús y luego mire: entre la imposibilidad y el allí esta Jesús. Después de eso el hijo de Dios deja de hablar de “Obtener la victoria.” No es la victoria lo que quiere sino al vencedor. El no habla de luchar por una nueva bendición y buscar entrar en una nueva experiencia. Sus ojos están fijos en el Señor y el pone al Señor Jesús entre el mismo y los ataques del diablo, y lo ve al rostro y allí esta la victoria.

Este es el camino real a la bendición. Allí esta la vida en la que no hay intereses propios, no hay sensibilidad a las injusticias cometidas contra nosotros; la vida que no puede ser provocada, que no es celosa; la vida que no está buscando la bendición sino que solo quiere al Señor Jesús. ¿Caminará usted por este camino conmigo, por fe pasará por encima de la imposibilidad, la cosa que lo ha tenido atrapado en la derrota por años—pasará por encima de ello, se volverá a Jesús y lo pondrá entre usted y esa cosa? Dígale, “Señor Jesús, de este momento en adelante enfrentamos la imposibilidad, por fe ponemos nuestros pies sobre ella y nos volvemos hacia Ti, y oramos que Tu la mantengas detenida mientras cruzamos este río y entramos en la bendición. Que deje de ser el yo, y que sea Cristo.” 

Vida  Cristiana Victoriosa: Estudios en el Libro de Josué 
Copyright © 2007 by the Redpath Family

jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Loco o Señor?

por Carlos Alvarado

En el Evangelio Según San Juan en el capitulo 7 y el versículo 12 encontramos las opiniones de dos grupos de personas acerca de Jesucristo. Uno de los grupos decía que Jesús era bueno, el otro que era un engañador. Leámoslo juntos.

Juan 7:12 dice: 

12 Y había gran murmullo acerca de él entre la multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo.


Este es un debate que aun en nuestros días sigue llevándose acabo entre aquellos que creen que Jesús fue un buen hombre, un buen maestro, inclusive un profeta de Dios y los que dicen que fue un estafador, un mentiroso, un charlatán y hasta un loco que no sabia lo que decía.

Es verdad que todo mundo tiene derecho a tener su propia opinión acerca de cualquier cosa bajo el sol y esto incluye una opinión acerca de quien es Jesús pero, lo que tenemos que cuidar es que las opiniones que se den acerca de El se basen no en lo que los hombres dicen sino en lo que Dios el Padre y El mismo dicen acerca de quien era.

De nuevo, los unos decían que era un hombre de Buenos principios, buena vida y conversación; amable que se preocupaba por las necesidades físicas de las personas, después de todo había alimentado a 5,000 hombres sin contar a las mujeres y niños y había sanado a gente que tenia mucho tiempo enferma a veces de enfermedades bastante serias. Y, se preocupaba por nutrir y sanar el alma de las personas también. 

Los otros, lo acusaban de apartar a la gente de la ley de Moisés, enseñándoles a quebrantar la ley del día de reposo, haciéndose pasar por el Mesías esperado por los judíos, y diciendo que es el hijo de Dios. Inclusive llegó a decir un grupo de personas a quien Marcos describe como los suyos, o sea de Jesús, ya fueran sus familiares o sus amigos que Jesús “Estaba fuera de si.” Exístemi en el Griego  que quiere decir entre otras cosas, atontado, aturdido, loco. (Marcos 3:21)

Los dos grupos tenían, y aun hoy tienen su respectiva opinión acerca de El. Pero nosotros, lo que creemos en El tenemos que basar lo que creemos no en las opiniones de la gente, o de un grupo o de otro sino en lo que Dios mismo dice acerca de Él. 
  
En una ocasión Jesús les pregunto a sus discípulos: 
  
Mateo 16:13-14  
13 … ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.

Obviamente solo habían oído una de las opiniones. Todos estos hombres mencionados eran héroes para los judíos, profetas que Dios había usado para que proclamaran tanto advertencias de juicio como buenas nuevas de salvación a Su pueblo.


Descubrimos en los próximos versículos que la razón por la que el Señor había hecho esta pregunta era por que con ella los estaba preparando para hacerles una pregunta personal a ellos. Leamos juntos

Mateo 16:15-17
15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

Note por favor que fue el Padre mismo quien le reveló esto a Pedro. Fue el Padre mismo quien nos lo ha revelado a nosotros, y es el Padre mismo quien por medio del Espíritu de Dios y a través de Su Palabra y el testimonio de los que ya hemos creído se lo esta revelando al mundo entero y el mundo tiene que decidir, ¿Quién es Jesús?

C.S. Lewis en su libro Mero Cristianismo escribe:
“Estoy  intentando aquí de impedir que cualquiera diga la inmensa tontería que a menudo la gente dice sobre El. 'Yo estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un buen maestro moral, Pero no acepto Su afirmación de ser Dios.' Esto nunca debemos decirlo. Un hombre que fue simplemente un hombre y dijo el tipo de cosas que dijo Jesús no sería un buen maestro moral. El sería, o un lunático, al mismo nivel de alguien que dice que es un huevo pasado por agua, o bien sería el diablo del infierno.

Se tiene que tomar una decisión. O bien este hombre fue, y, es, El Hijo de Dios, o bien un loco o algo peor. Puedes hacerle callar como a un necio, puedes escupirle y matarle como a un demonio; o caer a Sus pies y llamarle Señor y Dios. Pero no salgas con condescendencias sin sentido afirmando que fue un buen maestro moral. El no nos dejo abierta esta posibilidad. Y esa no fue Su intención." (C.S. Lewis, Mere Christianity, The MacMillan Company, 1960, pp. 40-41.)

La pregunta entonces es ¿Quién es Jesús para usted?


Josh McDowell declara en su libro, Mas Que Un Carpintero, una vez que se examina lo que Jesús mismo, y sus seguidores que fueron testigos oculares dijeron acerca de Él, solo quedan tres alternativas para contestar esta pregunta, Jesucristo o fue un mentiroso, o un lunático o es nuestro Señor.

¿Cual es su decisión? ¿Loco o Señor?